lunes, 5 de diciembre de 2011

PEQUEÑAS PARTES DEL MUNDO

ITALIA 







Dirijámonos a las soleadas llanuras de Italia. El invierno llegará pronto y vestirá estos parajes indómitos de una doble desolación. Pero nosotros cruzaremos estas áridas cumbres y la llevaremos a escenarios de fertilidad y belleza en los que su camino se verá adornado con flores y el ambiente alegre le inspirará placer y esperanza.

Mary Shelley





NUEVA YORK






La ciudad que nunca duerme, la ciudad que nunca se acaba, la ciudad dónde nadie es extranjero, la ciudad que habla todas las lenguas, la ciudad que acoge a todas las personas, la ciudad que contiene el mundo entero, la ciudad con tantas pequeñas (y grandes) dosis de belleza que te desarman, Nueva York, es la ciudad dónde todo el mundo encuentra un hueco... 
Anónimo. 




ISLANDIA

























                                                                                                                                                                                                       

Islandia, bajo la lluvia y la bruma estaba desnuda. Aquella isla solitaria, cubierta de rocas negras y humeante de géiseres, arropada por la bruma y tenuemente iluminada por un sol engañoso. 

Maite Carranza, El desierto de hielo. 







BÉLGICA 





Brujas, en ti se escucha el eco de las campanas al atardecer, y el repiqueteo de las herraduras de los caballos sobre los adoquines. Entrar en tus calles es como soñar despierto, perderse por un universo medieval que acaban de construir para mí. Sentada en la ensenada vuelo sobre los canales hasta llegar al mar, hasta alcanzar todos los mares de las nostalgias que convergen en tu silueta. Tu belleza serena, tranquila, silenciosa… la ciudad encantada que cada día se viste de princesa y cada noche de mujer enamorada.

Anónimo. 



SUIZA





Suiza país neutral que  evoca un buen cúmulo de tópicos: chocolates irresistibles, relojes de cuco, Heidis... Goethe caracterizó Suiza de forma sucinta, como una combinación de «monumentalidad y orden perfecto». La indomable majestuosidad de los Alpes y la pulcra y ordenada precisión de las ciudades helvéticas
 ¿Dónde estaríamos el resto de mortales sin un poco de sentido común suizo a nuestras espaldas?
Revista "viajar".





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