martes, 11 de octubre de 2011

Libro 3. De lo espiritual en el arte

CAPÍTULO 1. EL MOVIMIENTO
El ser humano tiende a ver las cosas que han sucedido en su vida de una manera una tanto exagerada en el momento en el que ocurren, sin embargo, el cerebro, una vez que se adapta a la situación, observa las cosas de manera diferente, y ya no da tanta importancia a lo que antes sí la tenía. Es como un proceso de adaptación.

El mundo espiritual del ser humano es muy complejo, y en el libro podemos observar una metáfora de él basada en un triángulo agudo dividido en partes desiguales, donde la menor y más aguda señala hacia arriba. El vértice de este triángulo es la cumbre, donde todos hemos de llegar espiritualmente para poder ver más allá de nuestros límites. A veces, aunque estemos en la cumbre del vértice, podemos caer, y esas cualidades y talento que hemos gozado se convierten en aspectos negativos. Esto sucede cuando el hombre abandona el mundo espiritual por el material, dando una valoración excesiva al éxito exterior y dejando de lado lo que realmente nos interesa y llena espiritualmente. Por tanto, cuando un hombre se comporta así, hace del arte espiritual algo humillante que emplea sólo con fines materiales; el arte pierde su espíritu.

En la sociedad actual, el arte es apreciado muy poco incluso por los mismos artistas, que piensan más en los beneficios que pueden dar sus obras que en lo que realmente quieren adquirir de ellas: satisfacción espiritual. Por tanto, el arte debe ser entendido como una forma de plasmar nuestra personalidad en obras que nos llenan intrínsecamente sin tener en cuenta el valor material de la misma. Debemos entender el arte como un medio para poder subir a la cumbre del triángulo y ver más allá de lo que vemos. Esto es lo único que necesita el arte para que pueda expresar de forma clara lo que nosotros mismos pensamos.


CAPÍTULO 2. EL CAMBIO DE RUMBO ESPIRITUAL

El capítulo comienza mencionándonos un triángulo espiritual en cuya base encontramos una población dominada, limitada a recibir órdenes de sus superiores.

A medida que ascendemos vemos a una nueva sociedad con personas dispuestas a cambiar sus vidas con nuevos pensamientos que introducen la Ciencia y el Arte, aunque siguen teniendo miedos e inseguridades, pues piensan que todo puede derrumbarse ante ellos.

En el siguiente nivel encontramos artistas que son capaces de ver más allá de lo material por intuición; éstos comparten nivel con una población que cree en lo espiritual pero vive en un mundo de matemáticas y arquitectura, porque piensan que sus ideales pueden desmoronarse.

Y por último, encontramos a sabios profesionales que no temen enfrentarse a nada, y son capaces de sacrificarse por sus ideas e investigan sobre nuevos fenómenos y encuentran un nuevo sentido a los conocidos hasta entonces.

Cuando la religión y la moral se desmorona, la población se refugia en el arte, la música y la literatura, en búsqueda de su bienestar y felicidad interior, y se mencionan a artistas como Maeterlinck basado en el mundo de la literatura, R. Wagner la música, y Rossetti en la pintura.


CAPÍTULO 3. LA PIRÁMIDE

En este capítulo vemos como Kandisky hace una comparación entre la música y la pintura, diciendo que las diferentes artes van encontrando su propio espacio y sus medios de expresión de una forma paulatina. Es gracias a esta diversificación, que las artes se encuentren tan próximas unas de otras en los últimos tiempos.

La música, ha sido siempre el arte que ha utilizado sus propios medios para expresar la vida interior del artista y crear una vida propia, y no reproducir fenómenos naturales.

El artista, que tiene como objetivo expresar su mundo interior, ve con envidia como este objetivo es alcanzado de una forma natural y sin dificultad por la música, ya que el arte es más abstracto.

En cambio, la música, puede obtener resultados inasequibles para la pintura, pero por otro lado, no tiene algunas de las cualidades de ésta. Por ejemplo, la música dispone del tiempo, de la dimensión temporal.  Sin embargo, la pintura carece de esta posibilidad, pero una de sus ventajas es que puede presentar todo su contenido en un instante, lo que es imposible para la música.

De esta forma descubrimos que cada arte tiene sus propias fuerzas, las cuales no pueden ser sustituidas por las de otro tipo de artes. De este proceso de unión nacerá un nuevo arte: el verdadero arte monumental.


CAPÍTULO 4. LOS EFECTOS DEL COLOR

Hay dos resultados al contemplar una paleta llena de colores:

1.       Efecto puramente físico: cada color nos transmite una sensación distinta. Se trata de sensaciones físicas de corta duración, superficiales y que no dejan una impresión permanente en el alma.
Los niños al principio sienten curiosidad por las cosas nuevas pero cuando ya saben lo que perciben, esa curiosidad desaparece haciendo que el interés desaparezca. A medida que el ser humano se desarrollar, aumenta el número de cualidades que atribuye a los objetos y a los seres. Por ejemplo, los colores claros atraen la vista con una intensidad y una fuerza que es mayor aún en los colores cálidos.

2.       Efecto psicológico producido por el color. Cada color nos aporta unos sentimientos diferentes. Por ejemplo, el color rojo puede provocar una vibración anímica parecida a la del fuego, el color amarillo produce una sensación ácida por asociación al limón. Pero este razonamiento no debe generalizarse, ya que hay varios ejemplos en los que no se puede aplicar.

CAPÍTULO 5. EL LENGUAJE DE LAS FORMAS Y LOS COLORES
El sonido musical penetra directamente en el espíritu. Inmediatamente encuentra en él una resonancia porque el hombre lleva la música en sí mismo (Goethe). Todo el mundo sabe que los colores amarillo, naranja y rojo despiertan las ideas de alegría y riqueza (Delacroix).

Estas dos citas, nos muestran el parentesco que comparten el arte y la música entre si, como realmente necesitamos ambos lenguajes para compenetrar nuestra vida. 
Un cuadro guarda en su interior una melodía jamás escuchada que para cada persona es diferente al igual que una pieza de música contiene una imagen jamás pintada con la que cada uno se siente identificado conforme va sonando la melodía.
El día a día de cada persona está compuesta por ambos lenguajes los cuáles utilizamos y necesitamos sin darnos cuenta, ya que es algo que lo tenemos interiorizado.

Si utilizamos correctamente ambos elementos, podremos crear una gran armonía para nuestros sentidos.


CAPÍTULO 6. TEORÍA

En su libro “De lo espiritual en el arte” define el arte envuelto dentro de un concepto místico, se ve influenciado por el pensamiento teosófico y parte de la filosofía oriental.
Como la teoría de platón del mundo de las ideas, las formas, sonidos y todos los elementos físicos conectan con el mundo espiritual a través de la sensibilidad, de la percepción del artista. Para Kandinski, el arte es un lenguaje universal, accesible a cualquier ser humano es una expresión del espíritu, siendo las formas artísticas reflejo de ello.

La libertad de la obra siempre está limitada por el propio artista. Para que en un futuro, cuando alguien mire la obra podrá conocer a la persona que fue el artista, ya que el artista de la obra, es el pasado y la obra de arte, el futuro que perdura.


CAPÍTULO 7. LA OBRA DE ARTE Y EL ARTISTA

La pintura es un arte. Cuando el artista crea una obra de arte esta pasa a cobrar vida propia, es un ser místico y creativo que expresa miles de emociones y esto hace que participe de forma emocional en la vida.
Un cuadro no es bueno por su combinación de colores ni sus contrastes, un cuadro es bueno por lo dicho anteriormente, un cuadro bueno es aquel que cuando se altera en el más mínimo de sus matices cambia su vida interior, el autor es aquel que plasma sus emociones en su obra sin seguir un orden de color establecido, es aquel se somete a una situación determinada y es capaz de plasmarla en un lienzo, por ejemplo, el autor solo es un intermediario de sentimientos, por tanto, siempre tendrá algo que decir.


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